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Experimentar y jugar con arena y agua

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Cuando era niña me encantaba jugar con arena y agua, juntas o separadas, acompañados de vasitos de yogurt, cucharas grandes y pequeñas, botellas de todos tamaños, palas, rastrillos, baldes, coladores, muñecas, autos, etc. ¡Era increíble, sentir, tocar e imaginar!

Mis padres decían, “¡déjenla que jugué no más!”, al aire libre, en el pasto, con barro, en charcos de agua, bajo la lluvia, etc., obvio, siempre con los implementos o vestimentas para todo ese tipo de eventos, en fin, decían que “tendría un mejor sistema inmunológico”. Con el pasar de los años, no puedo decir si es cierto o no, no puedo decir si estoy de acurdo o no, con lo que decían o pensaban mis padres, sin embargo, hoy como docente sí te puedo decir que experimentar con arena y agua tienen muchos beneficios para tus hijos e hijas que a continuación te puedo enseñar.

Jugar con arena y agua conlleva experiencias sensoriales que atraen tanto a niñas como a niños desde pequeños, ya que cautiva los sentidos y al mismo tiempo estimula la mente infantil reforzando todas las áreas del desarrollo. Jugar con arena proporciona un sin número de beneficios que aquí puedes revisar.

Ayuda en el desarrollo de la imaginación y de la creatividad: hay un sinfín de posibilidades creativas cuando se trata de jugar con arena, como hacer diferentes construcciones, puede darle diferentes formas, puede cambiarle la textura al combinarla con agua y así tu hijo o hija puede crear su propio mundo pequeño.

Ayuda en el desarrollo socioemocional; la arena y el agua inspiran a los niños y niñas a trabajar tanto de manera individual como de manera conjunta al interactuar para construir, por ejemplo, un castillo o una ciudad, para bañar una muñeca en el agua o para perseguir una burbuja gigante. De igual modo, cuando los niños y niñas comparten sus juguetes o excavan un hueco juntos, practican habilidades sociales como tomar turnos, colaborar y solucionar problemas.

Ayuda en el desarrollo físico; los niños y niñas fortalecen sus músculos al levantar un balde con arena, moldear la arena mojada, refuerzan la motricidad fina y la coordinación ojo-mano trabajando con accesorios, por ejemplo, vertiendo agua por un embudo y colando arena a través de un cernidor.

Ayudan al desarrollo cognitivo; la arena y el agua son componentes naturales de las exploraciones científicas, es decir ayudan a comprender y relacionar por causa – efecto, los que involucra a niños y niñas a realizar observaciones cuidadosas o detalladas que favorecen a la hora de clasificar, comparar, medir y solucionar problemas. Pueden descubrir que el agua en estado líquido, puede salpicar, verterse en otro contenedor y se puede congelar. Por otro lado, la arena en estado sólido y seco, se puede colar, rastrillar, palear, y que la textura de la arena también cambia, ya que la arena mojada se puede moldear.

Ayuda en el desarrollo lingüístico; al jugar con arena y agua, los niños y niñas incrementan su vocabulario ya que aprenden palabras como hondo, húmedo, trasvasijar, sólido, líquido, colador, entre otros. También, en la arena se pueden escribir letras o utilizar moldes, ya que con esto fortalecen sus destrezas motrices y de conocimiento, de igual modo, se pueden realizar experimentos con la arena y el agua donde los niños y niñas realizan diferentes preguntas y pueden responder otras.

Por otro lado, el jugar con arena y agua ayudan a fortalecer el desarrollo sensorial de otros tres sentidos.

* El sentido táctil, el que se refiere al sentido del tacto, presión, temperatura y detección de vibración, por ejemplo, puede descubrir que tocando la arena es más caliente cuando está al sol y más fría cuando está a la sombra.

* Sentido vestibular, este se refiere a su habilidad de entender cómo su cuerpo se mueve y se equilibra sobre una superficie, por ejemplo, al arrodillarse en la arena con una pala en su mano, le ayuda a entender cómo mover su peso de su cuerpo para no caerse.

* Sentido propioceptivo, este se refiere a la fuerza muscular y a tener conciencia de las partes de su cuerpo y cómo funcionan en su entorno, por ejemplo, con cuanta fuerza debo empujar un camión en la arena, sin terminar lanzado el camión por el aire.

Son muchos los beneficios que conlleva experimentar y jugar con arena y agua, pero tal vez, como padres crees que no hay parques cerca con areneros donde tu hijo o hija pueda realizar esto, o llevarlos a la playa en otoño o en invierno es imposible, sin embargo, puedes crear un entorno controlado dentro de los límites de tu hogar, por ejemplo, puedes fabricar para tu hijo/a una mesita de trabajo con ruedas que le permitan moverla fácilmente hacia el exterior, que tenga distintos recipientes (bandejas de plástico, baldes, fuentones, etc.), tener diferentes accesorios de plástico (palas, cucharas, tazas, rastrillos, coladores, embudos, etc.), delantal plástico, adquirir bolsas de arena blanca para jugar las cuales se encuentran en las ferreterías y todo lo que creas que sea pertinente para que tu hijo o hija pueda divertirse y dejar volar su imaginación. No sé si mis padres en aquellos años, ya sabían todo esto, solo puedo decir que tengo los mejores recuerdos de mi infancia, que siempre propiciaron entornos en los cuales pude desarrollar mis distintas habilidades y crecer como la persona que hoy soy, tal vez, a eso se referían con que… “tendría el mejor sistema inmunológico”.

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