Es importante cambiar la manera de ver los fracasos. Para esto has que tú hijo/a no vean los fracasos como algo negativo, sino como un aprendizaje, visualizándolo que son cosas que pasan, y que lo importante es darse cuenta de donde nos hemos equivocado para que no vuelva a ocurrir. Un ejemplo: Javiera está aprendiendo a escribir y se equivoca cuando tiene que escribir la sílaba pa, en lugar de eso pone pe. Comienza a llorar y comienza a decir “no sé hacerlo”, “no puedo”. En lugar de alterarnos, debemos brindarle frases de apoyo “no pasa nada estas aprendiendo y todos nos equivocamos cuando aprendemos” “vamos a ver en qué te has equivocado, ya verás como si lo piensas te das cuenta” “la próxima vez ya no te equivocaras”
Convirtiendo así la frustración en un aprendizaje. Es decir, que el/la niño/a lo visualice como una oportunidad para aprender y no como un fracaso.
Pautas para padres para evitar la frustración en el aprendizaje:
- Que el/la niño/a realice las cosas por sí mismo. Como padres no le demos todo hecho, hagamos que piense, aunque al principio no sepa hacer ciertas cosas. Hay que dejarlo que lo haga el solo que piense, que lo intente y que tenga la oportunidad de equivocarse y de enfrentarse al fracaso. De esta forma aprenderá que podemos equivocarnos, pero que si nos equivocamos podemos también solucionarlo. Con esto también fomentamos su iniciativa personal, su autonomía y evitamos que tenga miedo a hacer las cosas por sí mismo.
- Enseñarle a tu hijo/a que en toda situación de fracaso puede haber algo positivo. Esto puede parecer complicado, pero es fundamental. Ante todo, fracaso hay siempre algo positivo que es la capacidad de aprender de ello, la posibilidad de crecer como persona. En estas situaciones nuestros/as hijos/as cuando no logran lo que desean sienten ira, es por esta razón que debemos mediar la situación y demostrar paciencia y serenidad.
- No reforzar la rabia como respuesta a la frustración. Cuando el niño o niña siente frustración suele responder con rabia. Si cedemos a sus rabietas, le enseñamos que es una forma fácil de superar esa situación y conseguir lo que quiere.
- Los adultos somos el ejemplo para los niños y niñas. Los más pequeños aprenden e imitan lo que ven. Somos un modelo de conducta para ellos, nuestro modo de actuar es el que les guía para enfrentarse a situaciones de la vida. Ante situaciones que puedan provocar frustración o fracasos, debemos mantener una actitud positiva y esforzarnos por superar las dificultades.
- Educa en el esfuerzo, pero marcando objetivos razonables. Nuestros hijos/as han de aprender que para conseguir ciertas cosas es necesario esforzarse. De esta manera verán que el esfuerzo es una manera de solucionar sus fracasos. Es bueno hacer que el niño o niña se esfuerce, pero su nivel de exigencia debe ser razonable de acuerdo con su edad, si le ponemos un nivel demasiado alto, no lo conseguirá y conseguiremos lo contrario, pensará que esforzarse no sirve para nada. distancia larga, no lo conseguirá y pensará que su esfuerzo no sirve para nada. Con esto le enseñamos también a ser perseverante. El esfuerzo es importante, pero hay que esforzarse poco a poco y no abandonar ante el primer fracaso o dificultad.
- Por último, es importante razonar con tu hijo/a los errores y fracasos. Que entienda lo que ha pasado, que ha salido mal. Si lo entiende se sentirá tranquilo y ganará confianza porque sabrá lo que tiene que hacer la próxima vez.
La vida es hermosa, pero con muchas dificultades y metas en el camino; Por esta razón, eduquemos, guiemos y enseñemos a nuestros hijos a superar los obstáculos de la mejor manera posible, brindando autonomía e independencia en su toma de decisiones, logrando así formar una positiva autoestima y educación emocional.